Supongo que hay momentos en los que no te puedes quedar. Pestañeé y desperté un lunes, es noviembre y ya no oigo el mar, no siento el calor y no escucho sus estúpidas anécdotas
(y otras no tan estúpidas) .
Supongo que ya entiendo eso de que lo bueno se hace esperar.
Es peor recordar que echar de menos.
Es peor recordar que echar de menos.
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